14 mar 2011

Una tercera explosión y un incendio agravan la situación en Fukushima


Japón admite que hay fugas radiactivas y reconoce que podría haber grietas en la vasija del reactor. -Desmiente la posibilidad de una fuga descontrolada. - La agencia nuclear japonesa pide ayuda a una comisión de expertos de la ONU y a EE UU. -La planta evacua a la mayoría de sus trabajadores ante el riesgo de fuga.



La alarma aumenta en torno a la central nuclear de Fukushima, afectada en cuatro de sus reactores por el terremoto que devastó el país el viernes. Un incendio se ha desencadenado en el reactor 4, mientras que en el número 2 se produjo una explosión en torno a las seis de la mañana locales (10 de la noche en España). El Gobierno japonés admite que "puede haberse producido una fuga de material radiactivo".


Un portavoz del Gobierno ha reconocido por primera vez que la vasija de contención del reactor 2 puede haberse agrietado, pero asegura que el edificio de contención -el último muro ante una fuga, y de cuya resistencia depende que Fukushima no sea Chernóbil- no ha quedado dañado, descartando la posibilidad de una fuga de radiactividad de grandes dimensiones. No obstante, el aumento de la contaminación en la zona y el descenso de la presión dentro del reactor sí demuestran que se han llegado a liberar vapores y elementos radiactivos. La emisión no es de momento peligrosa, según los portavoces que se han ido sucediendo todo el día en la televisión japonesa.
La radiación en los alrededores de la central ha sobrepasado 10.000 veces los límites legales. Después de la explosión, los niveles de radiación en los alrededores de Fukushima subieron hasta 8.217 microsieverts por hora, frente a los 1.941 que se registraban 40 minutos antes, según mediciones de la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa. Estos 8.000 microsieverts por hora serían el triple de la cantidad de radiación a la que está sometida una persona en un año.
El Gobierno admite que puede haber daños en la cámara de despresurización, el sistema circular de refrigeración dentro del edificio de la contención. Un portavoz de Tokyo Electric Power Co (Tepco) explicó en una confusa rueda de prensa retransmitida y doblada al inglés por Al Jazeera: "Hay una posibilidad de que haya daño", pero inmediatamente añadió que eso no tenía por qué significar una fuga o que podía tratarse simplemente de una válvula que estuviera midiendo mal la presión.
Aún con la confusión reinante, la situación parece cualitativamente distinta -más grave- que la de los días previos. La eléctrica responsable de la planta, Tepco ha constatado es que el nivel del agua ha bajado sensiblemente dentro del reactor, lo que denotaría daños en la piscina de condensación destinada a enfriar el reactor y controlar las condiciones en el interior del recinto. Al menos 2,7 metros de las varillas de combustible (de los cuatro que miden) no están cubiertas por el agua, y Tepco no puede confirmar si el nivel del agua está subiendo aunque haya vuelto a inyectar agua de mar. Esto implica que la mitad del uranio está sin refrigeración, el paso previo a la fusión del núcleo de la central.
Tepco ha anunciado que ha evacuado a los aproximadamente 50 empleados que tenía en el reactor 2, algo no había hecho antes, y que solo ha dejado a los empleados que trabajaban en la refrigeración de la central.
El portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, había recomendado antes a quien aún permaneciera en el radio de 20 kilómetros de la central por no haberse completado la evacuación que no salieran a la calle. Ayer, el número de desplazados era de 184.670.